La filosofía taoísta es una antigua corriente de pensamiento originaria de China que ha dejado una profunda huella en la cultura y la sociedad china a lo largo de los siglos. Está basada en los escritos del Tao Te Ching, un libro sagrado atribuido al sabio Laozi; así el taoísmo busca comprender la naturaleza del universo, la armonía entre el hombre y la naturaleza, y el camino para alcanzar la plenitud y la sabiduría.

El taoísmo enfatiza la importancia de vivir en armonía con el Tao (la fuerza primordial y eterna que subyace en todo el universo) y seguir su flujo natural para buscar la plenitud y la sabiduría a través de la simplicidad y la conexión con la naturaleza. Para lograr esto, propone una actitud de no acción, que no significa inactividad, sino más bien fluir con los acontecimientos y no resistirse a ellos. En lugar de imponer nuestra voluntad sobre el mundo, debemos aprender a adaptarnos y fluir con la corriente, confiando en la sabiduría del Tao.

¿Te resulta difícil dejarte impregnar de la influencia de este pensamiento? A mí sí… Vivimos tan sedados en el hacer y la autopista rápida para llegar a tener, que nos olvidamos del disfrutar siendo.  

Del agua y la filosofía taoísta aprendí 3 lecciones:

Existen motivos para vivir frustrados, hay una escena del actor en vida llamado Bruce Lee; en su intento por dominar el ‘arte del desapego’, meditaba largas horas. No siendo capaz de lograrlo, un día salió a navegar solo; muy enojado, golpeó el agua y, finalmente, lo entendió: No importa cómo los golpes agiten el agua, ella sigue siendo agua.

La comprensión de la época actual, me está mostrando algo nuevo que no lograba precisar en mi entorno y mucho menos en mí. Nos venimos sintiendo estresados, ansiosos y atrapados por la vida agitada que llevamos, buscamos respuestas sobre cómo lidiar con un mundo que literalmente está cambiando más rápido de lo que podríamos pensar.  Y rara vez, encontramos respuestas a tanta incertidumbre y complejidad.

En busca de mejores respuestas, me encontré con el poema del filósofo chino Lao Tse que describe impecablemente la naturaleza del agua.  De sus revelaciones, existen tres lecciones que los chinos han aprendido del agua durante milenios; sin duda hoy, es urgente reconocerlas.  Su poema original va más o menos así: 

“La suprema bondad es como el agua,
sin oposición llega a todos.
Al habitar, armoniza con su sitio.
Al ser, fluye a profundidad.
Al expresar, es honesta.
Al confrontar, se mantiene amable.
Al gobernar, no controla.
Al actuar, se acomoda al momento.
Existe acorde a su naturaleza y por ello ningún reproche le cabe”
-Lao-Tze, El Tao Te King-

Las 3 grandes lecciones que el agua nos puede enseñar, las escuché en una charla TED de Raymond Tang.  Repásalas mirándote con honestidad: 

1. Humildad

El agua que fluye en un río siempre se mantiene baja. Sin embargo, es una fuerza vital que ayuda a las plantas a crecer y mantiene vivos a todos los animales.
No busca atención ni reconocimiento, pero su humilde contribución es lo que sostuvo la vida en la Tierra. Sin eso, la vida dejaría de existir.

Cómo aplicar la humildad:

  • Acepta que no tenemos todas las respuestas para cada pregunta. Está bien decir “no sé” y mantenerse dispuesto a aprender. Pedir ayuda es también un signo de humildad.
  • Sé feliz con el éxito de los demás y ayúdalos a promover su éxito.
  • En lugar de tratar de salir adelante, ayuda a otras personas en su viaje.
  • Al ser humildes, imitamos la naturaleza del agua; que se mantiene firme y consciente del medio ambiente y de las personas que nos rodean.

2. Armonía

El agua no lucha contra ningún obstáculo en su camino. Cuando fluye hacia una roca, fluye suavemente alrededor de ella sin molestarse, enojarse o agitarse.  Con cada obstáculo esparcido a lo largo de su camino, el agua siempre encuentra una solución, sin fuerza, sin conflicto.

Cómo lograr la armonía:

  • A menos que estemos armoniosos por dentro, no podemos encontrar armonía afuera. Aprende a ser armonioso en pensamientos, palabras y obras.
  • Estar en armonía con nosotros mismos es sentirnos cómodos con lo que somos en lugar de luchar para ser la persona que creemos que se supone que deberíamos ser.
  • Encontrar la armonía en nosotros mismos implica no luchar contra nuestra naturaleza, sino fluir con quienes somos.
  • No debemos forzarnos a triunfar a costa de una lucha interna. En cambio, cambiemos el enfoque hacia triunfar para lograr más armonía.
  • No nos centremos en las cosas que no podemos controlar. Más bien, trabajemos con el entorno para resolver problemas. La naturaleza no se apresura, pero todo lo logra.

3. Apertura

El agua está abierta para cambiar. Tiene la capacidad de adaptarse a la temperatura cambiante, que la convierte en líquido, sólido o gas.
Se adapta al medio en el que se encuentra. Es una tetera cuando está dentro de una tetera o una taza cuando está dentro de una taza.
Debido a su capacidad para adaptarse al cambio y mantenerse flexible, perdura a través de las edades, superando todos los cambios en el entorno.

Cómo abrirse:

  • Propóngaselo, abra y salga de detrás de puertas cerradas.
  • Estamos llamados a ir más allá de nuestras creencias auto limitantes. Debemos estar abiertos a todas las posibilidades y perspectivas.
  • Abrámonos a aprender y desaprender para navegar a través de las circunstancias cambiantes.

Aprender de la flexibilidad y adaptabilidad del agua puede ser un principio guía que podríamos seguir. Si alguna vez estuvieras frustrado o perdiendo el control, convendría preguntarnos…

“¿Qué haría yo si fuera el agua?”

by Betsy Martínez

Leave a Comment