En México la palabra shots es conocida como un vaso tequilero, es un vaso de “chupito o caballito”. Para efectos de este artículo, sírvase una dosis pequeña (shots), pero de alto contenido en su mensaje y que promete activar algunas neuronas miopes que habitan en su zona de confort.

En el mundo empresarial, los desafíos de un líder y los tomadores de decisiones son de magnitudes cada vez mayores y el impacto en su salud, emociones y calidad de vida, son cada vez más preocupantes.  Desde el área del Coaching al menos, podemos notar como ha ido en incremento el indicador de estrés, burnout (síndrome del profesional desgastado o “quemado”) y un desempeño relacional cada vez más preocupante.

Es un factor crítico de éxito dentro de una organización, un líder no solo efectivo  y productivo; también saludable y capaz de guiar e inspirar a los demás para enfrentar los embates de los entornos complejos y cada vez más caóticos,  Al analizar esta realidad en conjunto, me hago una pregunta que se me disparó en medio de una sesión de Coaching con un alto ejecutivo de una empresa:
¿Hay consciencia de la bomba de tiempo que está explotando ya, con los ejecutivos y sus empresas que han “normalizando” el estrés y la pérdida de capacidades para controlar y regular las emociones?  

Para la mayoría de los ejecutivos de hoy, gestionar de manera consciente y eficiente sus reacciones y acciones; adaptándose a los diferentes entornos sin perder el equilibrio emocional y la salud, está siendo un rotundo desafío tanto a nivel personal como profesional. 

Exploraremos en un rápido mapeo los desafíos mayores a los que se enfrenta un líder en el mundo de hoy dentro de una empresa, para luego ir a compartir algunas posibles soluciones para afrontar el estrés insano e incapacidad de autorregulación emocional.

Mapeo por los desafíos mayores: 

1. Toma de decisiones: Uno de los desafíos más relevantes en el liderazgo es la toma de decisiones. Ser capaz de tomar decisiones rápidas, correctas y efectivas, considerando todos los factores relevantes y anticipándose a las posibles consecuencias. Además, debe ser capaz de comunicar y justificar sus decisiones de manera clara y convincente para obtener el respaldo de su equipo y la complacencia de los accionistas y alta dirección; porque siempre hay alguien de arriba con mayor autoridad al qué rendir cuentas.  Decía un experto profesor del MIT: El secreto del éxito no es prever el futuro, sino crear una organización que prospere en un futuro que no puede ser previsto”.  A esta expectativa se enfrentan los líderes de hoy y nadie les enseñó el “cómo”.

2. Gestión del cambio: En un entorno empresarial en constante evolución, los líderes se enfrentan a la necesidad de adaptarse y gestionar el cambio de manera ágil y efectiva; y nadie les enseño a hacerlo de manera más humana y relacional. La vieja escuela del liderazgo enseño otras buenas prácticas, útiles aún, pero despiadadamente crueles en algunos aspectos. Esto implica, ante todo, desarrollar nuevas habilidades sociales para gestionar el lado humano del cambio (no solamente el lado técnico de él); identificar las oportunidades y los desafíos que surgen al liderar personas a través de los procesos.

3. Desarrollar equipos humanos: Otro desafío importante para un líder es el desarrollo y gestión de personas diferentes en todos los sentidos. Esto implica identificar las motivaciones e intereses individuales, así como reconocer con sensibilidad y atención las emociones de cada miembro del equipo.  Gestionar esas emociones demandan un alto componente de regulación propia de las emociones y su nivel de empatía.  Entiéndase por empatía como la capacidad de ver las cosas desde varias perspectivas y no solo la propia, es reconocer que frecuentemente queremos ver el mundo no como es sino como somos. 

4. Gestión de emociones y la presión (estrés): En un entorno empresarial exigente, los líderes se enfrentan a una gran cantidad de tareas y responsabilidades. La gestión de las emociones y la capacidad para manejar la presión son fundamentales para mantenerse enfocado y lograr resultados.

No es una tarea fácil. Los desafíos a los que se enfrentan son numerosos y demandantes. Sin embargo, con una gestión sólida en valores y una actitud más humanizada y coherente, estos desafíos no solo se pueden afrontar, sino que también se puede liderar con un mejor equilibrio y autocuidado; una palabra sacada cruelmente del lenguaje empresarial y que afortunadamente hoy día son más y más los ejecutivos y empresas que están dispuestas a fomentar y normalizar. 

Tal vez sea momento de rendirle menos culto al conocimiento, las posiciones de poder y al hemisferio racional (entrenamiento de la vieja escuela); para darle más espacio a las habilidades de ese hemisferio derecho que es capaz de gestionar la vida con el valor central del cuidado de la salud, las relaciones, emociones y verdadera paz interior.

Que tu conocimiento no reste empatía, lo aprendí de la vida y de enfrentarme a mis propios “dragones”.  Y recientemente un ejecutivo excepcional en su sesión de Coaching, me lo expresó de la manera más sencilla y sabia: “el hecho de tener la razón no da derecho a decirlo como me dé la gana”.

Ahora vamos al shots de autorregulación y manejo de estrés:

La autorregulación implica tomar decisiones conscientes, resistir impulsos y tentaciones, regular el estrés y la ansiedad con un manejo de emociones adecuado o al menos controlado. Estas dos son una habilidad, no un talento; por lo que todos podemos desarrollarlo aportando un gramo de consciencia y un kilo de humildad. 

La autorregulación emocional se refiere a la capacidad de gestionar y controlar las emociones de manera saludable. Aquí hay algunos puntos críticos sobre cómo gestionarla:

1. Reconocer y aceptar las emociones: Es importante ser consciente de la emoción cuando aparece y aceptarla sin juzgarla. Esto nos permite entender lo que estamos sintiendo y cómo nos afecta; y de esta manera estamos más facultados para la empatía.

2. Practicar la conciencia plena: La conciencia plena nos ayuda a mantenernos presentes en el momento y a observar esas emociones, propias y ajenas; sin reaccionar automáticamente. Esto nos da la oportunidad de responder de manera más consciente y menos impulsiva, nos permite callar el ruido de la mente para estar más presente.

3. Desarrollar estrategias de afrontamiento saludables: En lugar de reprimir o ignorar las emociones, es importante encontrar formas saludables de lidiar con ellas. Esto puede incluir actividades como el ejercicio, la meditación, la naturaleza, la música, los amigos o hablar con alguien de confianza.

4. Regular el estrés: El estrés puede afectar las emociones de manera negativa. Es importante identificar los detonantes de estrés y encontrar formas efectivas de manejarlo, como establecer límites, por ejemplo, practicar el autocuidado y buscar apoyo cuando sea necesario; nunca normalizar esta condición o tomarlo a la ligera, las consecuencias pueden ser irreversibles y algunas veces es un padecimiento mudo.

5. Practicar la empatía: La empatía nos ayuda a entender las emociones de los demás y a responder de manera un poco más compasivos. Esto también puede ayudarnos a regular nuestras propias emociones al ponerlas en perspectiva.

En resumen, la autorregulación emocional implica reconocer y aceptar nuestras emociones, practicar la conciencia plena, desarrollar estrategias de afrontamiento saludables, regular el estrés y practicar la empatía. Estas habilidades nos permiten gestionar nuestras emociones de manera más efectiva y mantener un equilibrio de vida más saludable, con impacto en el humor, las relaciones, el sueño, el desempeño y por supuesto la salud física y mental.

Ahora el segundo shots, la gestión del estrés.  Es un aspecto fundamental para mantener una buena salud mental y física, donde el primer paso es identificar las causas y llamarles por su verdadero nombre sin temor; es la vía más efectiva para poder gestionarlo y asumir una consciencia de que no es normal un estrés insano. 

El estrés insano es aquel que supera los niveles normales de la vida y el trabajo diario, se convierte en una carga excesiva para el cuerpo y la mente, pasando una factura altísima en el desempeño, la calidad de vida y las relaciones. Reconoces cuando es un estrés anormal cuando empiezas a tener una sensación constante de tensión, agotamiento físico y emocional, dificultad para concentrarte y problemas para dormir algunas veces.  No todos estos síntomas deben presentarse para estar en estado crónico de estrés, basta con que manifiestes algunos y de forma permanente. 

Este tipo estrés no saludable, además de tener un impacto negativo en la salud física y mental, es el causante #1 de enfermedades crónicas como la ansiedad, la depresión y enfermedades cardiacas. ¿Lo sabías?

Recursos para manejar el estrés laboral en tiempos complejos.
El estrés laboral es una realidad que afecta a muchas personas en el ámbito laboral, no es algo que sólo te está pasando a ti. El exceso de trabajo, la presión por cumplir con los plazos y las altas expectativas pueden generar un gran nivel de estrés en las personas. Sin embargo, existen recursos y estrategias que pueden ayudar a manejar este estrés y mejorar la calidad de vida laboral.  Exploraremos algunos de estos recursos.

1. Organización del tiempo: Una de las principales causas de estrés laboral es la falta de tiempo para cumplir con todas las tareas y responsabilidades. Es importante aprender a organizar y priorizar el tiempo de manera eficiente. Esto se puede lograr mediante la elaboración de listas de tareas, la asignación de plazos realistas y la eliminación de actividades/reuniones innecesarias o que no aportan valor.

2. Delegación de tareas: Muchas veces, el estrés laboral se debe a la sensación de tener que hacerlo todo uno mismo. Aprender a delegar tareas, entrenar y confiar en los demás puede aliviar la carga de trabajo y permitir un mejor equilibrio entre vida laboral y personal.

3. Establecer límites: Es importante establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal. Esto incluye establecer horas de trabajo regulares, evitar llevar trabajo a casa o ser consciente de que el hogar ha sido “secuestrado” por el trabajo, por lo que es necesario crear nuevos hábitos en la modalidad home office y tomar tiempo libre cuando sea necesario; pero sobre todo, saber cerrar la oficina para ir casa, que precisamente está al lado del escritorio donde trabajas. Respetar estos límites ayudará a reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.

4. Practicar técnicas de relajación: Existen muchas técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir el estrés laboral. Algunas de ellas incluyen la meditación, la respiración profunda, el yoga y el ejercicio físico. Estas actividades ayudan a relajar la mente y el cuerpo, reduciendo así los niveles de estrés.

5. Buscar apoyo: No es necesario enfrentar el estrés laboral solo. Es importante buscar apoyo en colegas, amigos, familiares o especialidades como el Coaching. Compartir las preocupaciones y buscar guía, puede ayudar a encontrar soluciones y aliviar la carga emocional.

6. Evitar el consumo excesivo de alcohol, tabaco y cafeína, ya que pueden aumentar los niveles de estrés.  Y por último, pero no menos importante, realizar actividades que generen placer y diversión, como hobbies y tiempo de ocio que brindan bienestar.

El estrés laboral es una realidad que afecta a muchas personas, pero no es algo que debamos aceptar como inevitable. A través de la organización del tiempo, la delegación de tareas, el establecimiento de límites, la práctica de técnicas de relajación y la búsqueda de apoyo, podemos manejar y reducir el estrés laboral. Al hacerlo, mejoraremos nuestra calidad de vida laboral y disfrutaremos de un ambiente de trabajo más saludable y productivo.

En resumen, servirse de estos dos shots, autorregulación y manejo del estrés es un proceso responsable y autocompasivo que se requiere para adaptarse a las demandas del entorno y mantener un estado de bienestar. En el contexto del estrés, la autorregulación implica la capacidad de identificar esas situaciones estresantes, evaluarlas de manera realista y tomar acciones adecuadas para reducir o manejarlo. Esto incluye el desarrollo de habilidades como la gestión del tiempo y los límites, la resolución de problemas y la toma de decisiones efectivas; alguna vez yo misma me escuché diciendo “elegir las batallas que merecen la pena luchar”.

En el contexto del estrés, por su parte, se refiere a las estrategias y técnicas utilizadas para hacer frente a las situaciones estresantes de manera saludable y efectiva. Existen diversas técnicas de manejo del estrés, como la relajación, la meditación, el ejercicio físico y la respiración profunda, entre otros. Estas técnicas ayudan a reducir la activación fisiológica y emocional asociada al estrés, promoviendo así un estado de calma y bienestar.

Tanto en la vida personal como en el trabajo, la autorregulación y el manejo del estrés son fundamentales para mantener un equilibrio adecuado. Por ello, es importante que las organizaciones y sus líderes promuevan un ambiente laboral saludable y brinden herramientas y recursos para el manejo del estrés.   ¡Se siente bien sentirse bien!

by Betsy Martínez

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